Cada año como un gran ritual sagrado se reúnen miles de personas en el desierto de Nevada. Ríen, lloran, cantan, aman, rezan, perdonan, sueñan, conocen, bailan, comen, disfrutan, viven y conviven.
Es el Festival del hombre ardiente (Burning Man) un evento anual de seis días de duración que se desarrolla en la ciudad de Black Rock, Nevada, Estados Unidos. Concluye justo en el Día del Trabajo, en el mes de septiembre. Los organizadores del festival lo describen como un experimento en comunidad, de autoexpresión y autosuficiencia radical. El nombre del evento está tomado del ritual que consiste en quemar una gigantesca escultura de madera con forma de hombre durante la noche del sábado (sexto y último día de celebración).
Este espacio sagrado recoge toda la tristeza y el dolor que los participantes quieren dejar atrás. En la última noche del festival, el templo se quemó hasta los cimientos.
Vista del festival desde un satélite.
Dear Temple of Transition: I love you. You are the most beautiful human-shaped structure I have ever seen. It was an honour to serve you as a Temple Guardian. And when it came time for you to go, I couldn't watch you burn. Instead, I watched it in the eyes of others and I know what you meant to them. Thank you.
