Epigenética

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¿Cómo se podría explicar que uno de dos gemelos homocigóticos, que se supone tienen la misma secuencia de ADN, presente una enfermedad de origen como esquizofrenia, síndrome bipolar o diabetes infantil y el otro no?
¿Nuestra vida viene definida por nuestros genes?
¿El ADN es el único factor que condiciona nuestras enfermedades, características psíquicas, carácter… toda nuestra vida?


El ser humano es una mezcla de genes y ambiente. A la hora de construir cada organismo, factores como la dieta, el cariño familiar, el tabaco, los estímulos intelectuales o la higiene acaban pesando quizás tanto o más que la estructura genética con la que se nace. Pero no es tan conocido el hecho de que los agentes ambientales actúan sobre los genes e influyen en su funcionamiento. Por eso, ni siquiera los clones, que tienen los mismos genes, son en realidad iguales entre sí; su ADN, el de cada uno de ellos, ha sido alterado por factores ambientales distintos.
La epigenética es lo que explica cómo actúan los estilos de vida sobre los genes.

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En los últimos años, se ha comenzado a estudiar con mucho interés todo lo que involucra la genética, lográndose a mediados del 2003 “condensar toda la información heredable en un chip del tamaño de una uña”, como decían los titulares de revistas y diarios cuando concluyo la primera etapa del genoma humano, pero el hecho de que TODA la información heredable se encuentre en una rígida secuencia de ADN suena poco factible. Estudios recientes demuestran que hay otros factores que también podrían modificar la expresión de algunos de estos “genes”.

La pregunta es: ¿cómo se produce exactamente la interacción entre factores externos y genes? Los investigadores empiezan a desvelarlo y lo que descubren está conduciendo, entre otras cosas, a nuevos mecanismos generadores de enfermedades como el cáncer. El estudio de la epigenética, algo así como 'además de la genética', se está revelando cada vez más importante incluso de cara al desarrollo de nuevos fármacos. De hecho ya ha dado los primeros pasos el Proyecto Epigenético Humano.
«Cuando se descubrieron los oncogenes, hace 25 años, se pensó que ya se había descubierto la causa del cáncer. Después se vio que no era así», comenta Manuel Esteller, director del Laboratorio de Epigenética del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Los genes y sus mutaciones son sólo parte de la historia del cáncer. «La otra parte es lo que llamamos cambios epigenéticos», explica Esteller. Estos cambios son los que explican que en gemelos homocigóticos, con los mismos genes, uno desarrolle un cáncer y otro no.
 
Los investigadores se han dado cuenta hace años de que no basta con conocer la secuencia de genes de un organismo para entender cómo funciona. Hace falta saber también cómo funcionan esos genes y qué les hace funcionar de esa manera. Es decir, hace falta conocer los cambios epigenéticos, que hacen que los genes se expresen más o menos (que se activen o no). Eso es lo que pretende el Proyecto Epigenoma Humano, que a simple vista se presenta como mucho más complejo que el ya pasado Proyecto Genoma Humano.
El proyecto, que acaba de empezar y aún busca financiación, es una colaboración entre instituciones públicas y privadas. Se trata de identificar y catalogar los lugares a lo largo de toda la cadena de ADN donde tiene lugar la reacción de metilación, que desempeña un papel determinante en la activación o inhibición de muchos genes. Esto se buscará en los principales tejidos humanos. La información que se obtenga se considera esencial para entender mejor muchas enfermedades, como el cáncer, la esquizofrenia o el alzhéimer.
 
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En el siglo XXI, la definición más comúnmente encontrada del término epigenética es “el estudio de cambios heredables en la función génica que se producen sin un cambio en la secuencia del ADN”. Pero, ¿qué tienen que decir los científicos que investigan dentro de este campo en rápida expansión?

Bruce H. Lipton es un biólogo celular estadounidense, considerado una de las principales y más controvertidas voces en la nueva biología, contraria al paradigma darwinista y partidaria de que el entorno y la cooperación y no los genes son el auténtico motor de la vida. Es autor del best seller La biología de la creencia.

Lipton postula cuatro propuestas fundamentales:
  • Lo que condiciona a todo organismo vivo es su «entorno» físico y energético, y no su carga genética como teoriza el neodarwinismo.
  • La «cooperación» es la base de la evolución para la supervivencia, y no un acto competitivo, como también indica Darwin, entre los organismos mas fuertes. Siendo los organismos con mayor capacidad de trabajar conjuntamente los que sobreviven. Entendiendo el sistema orgánico como el conjunto de elementos con capacidad de interactuar desde la especialización del trabajo y la cooperación para la resolución de problemas.
  • Y puesto que los seres humanos como organismos vivos, tampoco estamos determinados por nuestros genes, sino condicionados por el entorno y sobre todo por nuestras «creencias», somos dueños absolutos de nuestro destino.
  • La personalidad y la salud de los individuos se conforma como un «aprendizaje» en el vientre materno y en la niñez hasta aproximadamente los seis años.
No se trata de un gurú de las pseudociencias, Lipton impartió clases de Biología Celular en la facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin y más tarde llevó a cabo estudios pioneros de epigenética en la facultad de Medicina de la Universidad de Stanford que lo llevaron al convencimiento de que nuestro cuerpo puede cambiar si reeducamos nuestras creencias y percepciones limitadoras.
No somos víctimas de nuestra genética, en realidad es el ADN el que está controlado por el medio externo celular.
La célula es la vida. Hablar de una célula es como hablar de una persona. Nosotros recibimos la información a través de los cinco sentidos y las células reciben las señales del entorno a través de los receptores que captan la información. El ADN es controlado por señales que vienen desde fuera de la célula, incluyendo mensajes energéticos de nuestros propios pensamientos, tanto los positivos como los negativos.
 
¿Somos lo que vivimos y pensamos?
Sí, – Concluye Lipton, y cambiar nuestra manera de vivir y de percibir el mundo es cambiar nuestra biología. Los estudios que empecé hace cuarenta años demuestran que las células cambian en función del entorno, es lo que llamamos epigenética. Epi significa por encima de la genética, más allá de ella.
Según el entorno y como tú respondes al mundo, un gen puede crear 30.000 diferentes variaciones. Menos del 10% del cáncer es heredado, es el estilo de vida lo que determina la genética.
Aprendemos a vernos como nos ven, a valorarnos como nos valoran. Lo que escuchamos y vivimos nos forma. No vemos el mundo como es, vemos el mundo como somos. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas.
 
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Las creencias están inscritas en lo más profundo de nuestro subconsciente.
Cierto. El subconsciente es un procesador de información un millón de veces más rápido que la mente consciente y utiliza entre el 95% y el 99% del tiempo la información ya almacenada desde nuestra niñez como un referente. Por eso cuando decidimos algo conscientemente como, por ejemplo, ganar más dinero, si nuestro subconsciente contiene información de que es muy difícil ganarse la vida, no lo conseguiremos.
 
Si cambiamos las percepciones que tenemos en el subconsciente, cambiará nuestra realidad, y lo he comprobado a través de numerosos experimentos. Al reprogramar las creencias y percepciones que tenemos de cómo es la felicidad, la paz, la abundancia, podemos conquistarlas.
Así es como funciona el efecto placebo. Si pienso que una pastilla me puede sanar, me la tomo y me encuentro mejor. ¿Qué me ha sanado?...
¿La creencia?
Eso parece. Al igual que los pensamientos positivos y el efecto placebo afectan a nuestra biología, existe el efecto nocebo: si crees que algo te hará daño, acabará por hacerte daño. Henry Ford decía que tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, tienen razón. Si eliges vivir un mundo lleno de amor, tu salud mejorará.
La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que las células mueran. Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable. Existen dos mecanismos de supervivencia: el crecimiento y la protección, y ambos no pueden operar al mismo tiempo.
 
O creces o te proteges.
Los procesos de crecimiento requieren un intercambio libre de información con el medio, la protección requiere el cierre completo del sistema. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida.
Para prosperar necesitamos buscar de forma activa la alegría y el amor, y llenar nuestra vida de estímulos que desencadenen procesos de crecimiento. Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico.
¿La culpa de todo la tienen los padres?
Las percepciones que formamos durante los primeros seis años, cuando el cerebro recibe la máxima información en un mínimo tiempo para entender el entorno, nos afectan el resto de la vida.
Los comportamientos, creencias y actitudes que observamos en nuestros padres se graban en nuestro cerebro y controlan nuestra biología el resto de la vida, a menos que aprendamos a volver a programarla.
¿Cómo detectar creencias negativas?
La vida es un reflejo de la mente subconsciente, lo que nos funciona bien en la vida son esas cosas que el subconsciente te permite que funcionen, lo que requiere mucho esfuerzo son esas cosas que tu subconsciente no apoya.
¿Debo doblegar a mi subconsciente?
Es una batalla perdida, pero nada se soluciona hasta que uno no se esfuerza por cambiar. Deshágase de los miedos infundados y procure no inculcar creencias limitadoras en el subconsciente de sus hijos.


Somos Amor, y en la medida en que lo descubras en ti mismo y que se lo reflejes a los demás, vamos percibiendo entre todos que esta es la única realidad posible.

Thanks to: www.lavanguardia.com & www.es.wikipedia.org

                             

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