Relajación - Entrenamiento autógeno

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“La libertad está en ser dueños de la propia vida”
 
Platón
   
 

El entrenamiento autógeno es una técnica psicoterapéutica basada en la concentración pasiva en sensaciones físicas. Está más próximo a las técnicas de meditación que a las de sugestión o a la hipnosis.
 
Ya en la antigüedad eran conocidos los métodos de relajación y autosugestión como, por ejemplo, el Yoga en la India o la meditación Zen en Japón, que parten del Satipatthana budista.
 
Fue desarrollado por el neurólogo berlinés Johannes Heinrich Schultz, quien la presentó el 30 de abril de 1927 por primera vez y que publicó en 1932 su libro "El Entrenamiento Autógeno".
Partiendo de las observaciones en el uso de la hipnosis, la cual dominaba a la perfección. En 1926 comunica a la Asociación Médica de Berlín los primeros resultados obtenidos con su método de auto hipnosis. La denominación de entrenamiento autógeno la fundamenta etimológicamente del griego "autos" (sí mismo), "gen" (devenir), y podría traducirse como “una ejercitación o entrenamiento, desarrollado a partir del propio "sí mismo" del sujeto y que configura a dicho "sí mismo".”
  
En la actualidad, el entrenamiento autógeno básico se aplica al tratamiento de trastornos psicosomáticos y de ansiedad y como preparación para el tratamiento con los métodos avanzados de los trastornos de personalidad, de la psicopatología postraumática y de otros síndromes producidos por el estrés.

Estas imágenes se concentran en fórmulas, según determinados elementos básicos de eficacia sugestiva, y se aplican a regiones orgánicas particularmente accesibles subjetiva y cognoscitivamente: el estómago, la respiración, el corazón, la sensación de su cuerpo (cabeza).
  
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Habiéndose desempeñado en una clínica de hipnosis, las experiencias de Schultz  le mostraron el camino correcto para desarrollar un método de autoayuda que todos podemos aplicar sin control médico y para toda la vida.
  
El origen de entrenamiento autógeno es la hipnosis: existe un vínculo entre el hipnotizador y el hipnotizado donde la atención y el interés esta dirigida hacia el hipnotizador y cualquier molestia o pensamiento extraño impediría la inducción hipnótica. De tal manera el hipnotizado se halla en un estado de total receptividad, con su mente en blanco pronta a tomar las sugestiones en actitud de dependencia y pasividad constructiva con el objeto de poder alcanzar el fin que se ha fijado, es decir mantener indiferencia pasiva para no obstaculizar ni ayudar al hipnotizador, y tener una buena disposición respecto al mismo.
 
Quien se acerca al entrenamiento autógeno puede imitar la actitud característica de la hipnosis teniendo presente que esta consiste en una relación de dos personas y el training autógeno es una relación consigo mismo. Es decir quien lleva a cabo el entrenamiento debe asumir una actitud receptiva frente a la propia corporalidad manteniéndose en carácter de espectador pasivo de si mismo. Bien entrenado puede sumergirse en un estado de total introspección anulando estímulos externos y fenómenos mentales depresivos lo que favorece la liberación de inconsciente.
  
El objetivo del entrenamiento es la relajación completa, dominio de las funciones físicas y el efecto positivo sobre actitudes psíquicas y que al avanzar logra que el practicante se libere en su interior y se sumerja hasta que todas las funciones físicas coincidan en forma armónica.
El entrenamiento autógeno consta de un grado inferior y uno superior. En el primer nivel ayuda a aquellos que sufren de estrés, nerviosismos, trastornos del sueño y molestias orgánicas de origen psíquico las que son tratadas con ideas fuerzas y mediante visualizaciones orientadas. En el según do nivel el entrenamiento ofrece la oportunidad a quien lo practique de conocerse mejor asimismo y establecer contacto con aquellas partes de la personalidad que lo influencian y de cuya existencia no es consciente pudiendo evitar penurias físicas y mentales.
   
Si nos preguntamos para que sirve el entrenamiento autógeno y hacemos un paralelismo con la gimnasia física, concluimos que esta es útil tanto a la persona sana con un buen desarrollo muscular y estructura física robusta como a quien tiene malformaciones musculares defectos de desarrollo y posturas incorrectas; del mismo modo si consideramos al entrenamiento autógeno como una gimnasia mental, ponemos de relieve su función de prevención y de curación ya que contribuye al equilibrio psicofísico en quien lo posee e interviene en trastornos psicosomáticos y neuróticos en quien tiene una estructura psicofísica frágil.
   
El entrenamiento autógeno es un camino para ayudarnos en nuestra vida en las innumerables pequeñas y grandes dificultades con las cuales debemos lidiar en nuestra vida cotidiana. Quien aprende a convertirlas en positivas gracias al entrenamiento no padece de problemas insolubles ni dudas que lo agobien ni angustias y depresiones que lo paralicen.
Se necesita un motivo para este entrenamiento y la experiencia dice que cuando solo se quiso probar algo por curiosidad y no se obtuvo el éxito de inmediato se suele abandonar antes de lo previsto, salvo que exista un objetivo importante a alcanzar. Una vez comenzado el entrenamiento se debe continuar toda la vida lo cual repercutirá en más salud y sensación de vida completamente nueva.
 
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LOS SEIS EJERCICIOS AUTÓGENOS
  
  1. Ejercicio de pesadez
  2. Ejercicio de calor
  3. Ejercicio de pulsación
  4. Ejercicio respiratorio
  5. Regulación abdominal
  6. Ejercicio de la cabeza
  
En general las condiciones del lugar donde realicemos la práctica tiene que cumplir unos requisitos mínimos:
  
  • Ambiente tranquilo, sin demasiados ruidos y lejos de los posibles estímulos exteriores perturbantes.
  • Temperatura adecuada; la habitación tiene que tener una temperatura moderada (ni alta ni baja) para facilitar la relajación.
  • Luz moderada; es importante que se mantenga la habitación con una luz tenue, a ser posible.
    
LA POSICIÓN PARA LA RELAJACIÓN
 
Para el entrenamiento autógeno podemos utilizar tres tipos de posiciones:
 
  1. Tendido sobre una cama o un diván con los brazos y las piernas ligeramente en ángulo y apartados del cuerpo.
  2. Un sillón cómodo y con brazos; en este caso es conveniente que utilicemos apoyos para la nuca y los pies.
  3. Sentados en un taburete o banqueta sin respaldo; en esta modalidad utilizaremos una posición descrita por Schultz y que él llama "la posición del cochero": "Se caracteriza por el hecho de descansar la persona, sentada, el peso de la mitad superior de su cuerpo sobre la región dorsolumbar relajada. Esta actitud corporal pasiva la encontramos en muchos profesiones que exigen permanecer sentado durante muchas horas, sin apoyo para el dorso.
    
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Durante la práctica del entrenamiento autógeno hay que esforzarse en repetir las diferentes fórmulas propuestas, no como algo ajeno, sino como algo que tiene sentido dándoles una finalidad monótona y rítmico; intentando que nuestra mente este completamente centrada en la frase propuesta.
   
Por otro lado tenemos que entregarnos a los diferentes ejercicios sin una gran presión por el rendimiento, asumiendo que se está en período de aprendizaje y que los aprendizajes muchas veces son costosos y de lenta asimilación.
     
Es muy importante terminar las sesiones de práctica, tanto en casa o en el consultorio del terapeuta, de una forma adecuada y precisa. Es importante realizar bien las pautas a seguir durante la finalización del ejercicio para que se complete de manera correcta: estirar y flexionar los brazos, respirar profundamente, abrir los ojos.
Después de finalizar el entrenamiento y practicar la fórmula propuesta para terminar, es conveniente que no abandones inmediatamente el sillón o tu lugar de relajación, todo tiene su tiempo y es mejor incorporarse sin prisa, recuperando tu estado habitual paulatinamente.
 
MÉTODO DE ENTRENAMIENTO BREVE
  
Huber, propone dos métodos de acortamiento del entrenamiento autógeno. Uno para cuando ya dominemos de una forma automática los diferentes ejercicios que componen el entrenamiento global (en este caso hay una disminución en la longitud de las diferentes fórmulas, pero no en el tiempo de práctica), y otro para cuando no se dispone de suficiente tiempo para la práctica de todos los ejercicios, en este caso hay una reducción del número de fórmulas a utilizar. A continuación exponemos los dos esquemas de los métodos abreviados:
     
1. Acortamiento de las fórmulas del entrenamiento: el esquema del entrenamiento general quedaría de la siguiente manera.
   
      Repetir 6 veces la frase:"El brazo derecho es muy pesado"
      Repetir 1 vez la frase: "Estoy muy tranquilo"
      Repetir 6 veces la frase: "El brazo derecho está muy caliente"
      Repetir 1 vez la frase: "Estoy muy tranquilo"
      Repetir 6 veces la frase: "El pulso es tranquilo y regular"
      Repetir 1 vez la frase: "Estoy muy tranquilo"
      Repetir 6 veces la frase: "Respiración muy tranquila"
      Repetir 1 vez la frase: "Estoy respirando"
      Repetir 1 vez la frase: "Estoy muy tranquilo"
      Repetir 6 veces la frase: "El plexus solar es como una corriente de calor"
      Repetir 1 vez la frase: "Estoy muy tranquilo"
      Repetir 6 veces la frase: "La frente está agradablemente fresca"
      Repetir 1 vez la frase: "Estoy muy tranquilo"
      Terminar con las frases: "Brazos firmes" "Respirar hondo" "Abrir los ojos"
        
2. Entrenamiento de tiempo limitado: el objetivo de este entrenamiento breve es poder relajarse en un espacio de tiempo muy limitado, 2-3 minutos, en una situación natural. En estos casos será suficiente con el esquema siguiente.
  
      "pesadez"
      "tranquilidad"
      "calor"
      "tranquilidad"
      "cabeza despejada y clara"
      "brazos firmes"
      "respirar hondo"
      "abrir los ojos"
 
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