“las fotografías son evidencia de los mundos y fábulas inventadas que hemos explorado juntos. La fotografía nos da la oportunidad de acceder a nuestros sueños, para descubrir lo extraordinario”
Esta colección de fotografías se han extraído de los viajes llevados a cabo del artista Robin Schwartz con su hija, Amelia.
Los animales y las relaciones entre especies siempre han sido una parte importante de su trabajo. Los animales en sus fotografías no están representados como accesorios bestiales o nobles, o para ilustrar la vida humana, sino como parte de nuestro mundo cotidiano.
“Mi hija y yo compartimos una afinidad con el reino animal y jugamos con nuestras fantasías, exploramos nuestras excentricidades mediante la creación de un espacio cultural donde los animales no sólo coexisten con los humanos, también interactúan como socios de pleno derecho. Los animales en las fotografías son seres vivos, los participantes en los dramas que las fotografías capturan. El mundo que mi hija y yo exploramos es uno donde la línea entre humanos y animales se solapa o está borrosa, donde los animales son parte de nuestro mundo y los seres humanos son parte del de ellos”.
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