Tao Te Ching – Lao Tse

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El Tao que puede nombrarse no es el Tao eterno. El nombre que puede nombrarse no es el nombre inmutable. La no existencia es el principio del cielo y de la tierra. La existencia es la madre de todo lo que hay
    
Laozi - Dào Dé Jing
 

El libro Tao Te Ching (Libro sobre Tao y Te) fue escrito hace aproximadamente 2500 años por un gran adepto espiritual chino, llamado Lao Tse.
El libro Tao Te Ching es uno de los manuales fundamentales de la filosofía y metodología del desarrollo espiritual.
En China la filosofía de la naturaleza y la visión del mundo están impregnadas del pensamiento taoísta y así muchos artistas, pintores, calígrafos y hasta jardineros han usado este libro como fuente de inspiración. Su influencia se ha esparcido también más allá del Lejano Oriente, ayudada por las muchas traducciones diferentes del texto a lenguas occidentales.
  
道 = tao (el camino)                               德 = te (poder/virtud)                               經 = ching (libro clásico)
 
  
TAO
 
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Del Tao se puede hablar, pero no del Tao eterno.
Pueden nombrarse los nombres, pero no el Nombre eterno.
Como origen de cielo-y-tierra, no tiene nombre, pero como "la Madre" de todas las cosas, se le puede nombrar.
Así pues, oculto desde siempre, hemos de contemplar su esencia interna.
Pero manifestándose continuamente, hemos de contemplar sus aspectos externos.
Los dos fluyen de la misma fuente, aunque tengan nombres diferentes; y a ambos se les llama misterios.
El Misterio de los misterios de la Puerta de toda esencia.

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Cuando todo el mundo reconoce lo bello como bello, esto en sí mismo es fealdad.
Cuando todo el mundo reconoce lo bueno como bueno, esto en sí mismo es malo.
Ciertamente, lo oculto y lo manifiesto se generan el uno al otro.
Dificultad y facilidad se complementan entre sí.
Lo largo y lo corto ponen de manifiesto a su contrario.
Alto y bajo establecen la medida mutua.
La voz y el sonido entre sí se armonizan.
El atrás y el delante se suceden mutuamente.
Por ello, el Sabio maneja sus asuntos sin actuar, y difunde sus enseñanzas sin hablar.
No niega nada a las innumerables cosas.
Las construye sin atribuirse nada.
Hace su trabajo sin acumular nada por él.
Cumple su tarea sin vanagloriarse de ella, y, precisamente por no vanagloriarse, nadie se la puede quitar.
 
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No ensalzando a las personas de talento, harás que la gente abandone la rivalidad y la discordia.
No valorando bienes difíciles de conseguir, harás que la gente deje de robar y atracar.
No exhibiendo lo que todos codician, harás que los corazones de la gente permanezcan serenos.
Por eso, la manera de gobernar del Sabio empieza por: vaciar el corazón de deseos, llenar los estómagos de alimento, debilitar las ambiciones y fortalecer los huesos.
De este modo, hará que la gente permanezca sin conocimientos ni deseos, y cuida de que los que saben no actúen.
Practica el No-Hacer, y todo será armonioso.

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La forma suprema de bondad es como el agua.
El agua sabe cómo beneficiar a todas las cosas sin combatir con ninguna.
Va a los lugares que todos desprecian.
Por ello, está cerca del Tao.
Al escoger tu morada, has de saber cómo no apartarte de la tierra.
Al cultivar tu mente, has de saber cómo bucear en las profundidades ocultas.
Al tratar con los demás, has de saber se amable y bondadoso.
Al hablar, has de saber medir tus palabras.
Al gobernar, has de saber cómo mantener el orden.
Al administrar, has de saber ser eficaz.
Cuando actúes, has de saber escoger el momento oportuno.
Si no luchas contra nadie, estarás libre de todo reproche.
 
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Treinta radios convergen en un solo centro; Del agujero del centro depende el uso del carro.
Hacemos una vasija de un trozo de arcilla; es el espacio vacío de su interior el que le da su utilidad.
Construimos puertas y ventanas para una habitación; pero son estos espacios vacíos los que la hacen habitable.
Así, mientras que lo tangible tiene ventajas, es lo intangible de donde proviene lo útil.

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"Acoge la desgracia como agradable sorpresa, y estima la calamidad como a tu propio cuerpo."
¿Por qué debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa"?
Porque un estado humilde es un favor: caer en él es una agradable sorpresa, ¡y también la es el remontarlo!
Por ello, debemos "acoger la desgracia como agradable sorpresa".
¿Por qué debemos "estimar la calamidad como a nuestro propio cuerpo"?
Porque nuestro cuerpo es la fuente misma de nuestras calamidades.
Si no tuviéramos cuerpo, ¿qué desgracias nos podrían suceder?
Así pues, sólo quien está dispuesto a entregar su cuerpo para salvar al mundo merece que se le confíe el mundo.
Sólo aquel que pueda hacerlo con amor es merecedor de ser administrador del mundo.

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Alcanza el supremo Vacío.
Abraza la paz interior con corazón decidido.
Cuando todas las cosas se agitan a la vez, sólo contemplo el Retorno.
Para florecer como lo hacen, cada una de ellas retornará a su raíz.
Retornar a su raíz es encontrar paz.
Encontrar paz es realizar el propio destino.
Realizar el propio destino es ser eterno.
A conocer lo Eterno se le llama Visión.
Si no se conoce lo Eterno, se sume uno ciegamente en la desgracia.
Si se conoce lo Eterno, todo se puede comprender y abarcar.
Si se puede comprender y abarcar todo, se es capaz de hacer justicia.
Ser justo es ser como un rey; ser como un rey es ser como el cielo.
Ser como el cielo es ser uno con el Tao; ser uno con el Tao es permanecer para siempre.
Alguien así estará a salvo y entero, incluso tras la desintegración de su cuerpo.

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En la naturaleza de la Gran Virtud se haya seguir al Tao y sólo al Tao.
Pero, ¿qué es el Tao?
Es Algo esquivo e impreciso.
¡Esquivo e impreciso!, pero contiene en Su interior una Forma.
¡Esquivo e impreciso!, pero contiene en Su interior una Sustancia.
¡Sombrío y oscuro!, pero contiene en Su interior una Semilla de Vitalidad.
La Semilla de Vitalidad es muy real; contiene en Su interior una Sinceridad inagotable.
A través de los tiempos, Su Nombre ha sido preservado para recordar el Origen de todas las cosas.
¿Cómo conozco la naturaleza de todas las cosas en su Origen?
Por lo que está en mi interior.
  
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Había Algo indefinido pero completo en sí mismo, nacido antes de Cielo-y-Tierra.
Silencioso e ilimitado, único e inmutable, aunque impregnándolo todo sin excepción, puede considerarse como la Madre del mundo.
No conozco su nombre; lo denomino "Tao"; y, a falta de mejor palabra, lo llamo "Lo Grande".
Ser grande es proseguir, proseguir es ir lejos, ir lejos es retornar.
Por ello, "el Tao es grande, el Cielo es grande, la Tierra es grande, el rey es grande".
Así, el rey es uno de los cuatro grandes del Universo.
El hombre se guía por las leyes de la Tierra.
La Tierra se guía por las leyes del Cielo, el Cielo se guía por las leyes del Tao, el Tao se guía por sus propias leyes.

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El buen andar no deja huella tras sí; el buen hablar no deja marca que pueda criticarse; el buen cálculo no necesita el ábaco; el buen cerrar no precisa cerrojo ni tranca, pero nadie puede abrir lo cerrado; el buen atar no utiliza cuerdas ni nudos, pero nadie puede desatar lo atado.
Por ello, el Sabio siempre sabe cómo salvar a la gente, y por tanto, nadie es abandonado; siempre sabe cómo salvar las cosas, y por tanto, nada es desechado.
A esto se llama "seguir la guía de la Luz Interna".
Por ello, las personas buenas son maestras de las menos buenas, y éstas están a cargo de aquéllas.
No alegrarse de la propia tarea es equivocarse de camino, por muy inteligente que se sea.
Este es un principio esencial del Tao.

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Quien sabe guiar al gobernante en el sendero del Tao no intenta dominar el mundo mediante la fuerza de las armas.
Está en la naturaleza de las armas militares volverse contra quienes las manejan.
Donde acampan ejércitos, crecen zarzas y espinos.
A una gran guerra, invariablemente suceden malos años.
Lo que quieres es proteger eficazmente tu propio estado, pero no pretender tu propia expansión.
Cuando has alcanzado tu propósito, no debes exhibir tu triunfo, ni jactarte de tu capacidad, ni sentirte orgullos; más bien debes lamentar no haber sido capaz de impedir la guerra.
No debes pensar nunca en conquistar a los demás por la fuerza.
Pues expandirse excesivamente es precipitar el decaimiento, y esto es contrario al Tao, y lo que es contrario al Tao pronto dejará de existir.

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Quien conoce a los demás es inteligente.
Quien se conoce a sí mismo tiene visión interna.
Quien conquista a los demás tiene fuerza; quien se conquista a sí mismo es realmente poderoso.
Quien sabe cuándo ha obtenido bastante es rico, y quien sigue asiduamente el sendero del Tao es alguien de propósito constante.
Quien permanece en el lugar en el que ha encontrado su verdadera casa vive mucho tiempo, y quien muere, pero no perece, goza de la auténtica longevidad.
 
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El Tao nunca lleva a cabo ninguna acción, pero no deja nada por hacer.
Si un gobernante puede atenerse a él, todas las cosas se desarrollan por sí mismas.
Cuando se han desarrollado y tienden a agitarse, es tiempo de mantenerlas en su lugar con la ayuda de la innombrable Simplicidad Primordial; sólo ella puede moderar los deseos humanos.
Cuando los deseos humanos son moderados, se produce la paz, y el mundo se armoniza por su propio acuerdo.

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38

La Virtud máxima no es virtuosa; por ello tiene Virtud.
La Virtud mínima nunca se libra a sí misma de ejercitarse; por ello no tiene Virtud.
La Virtud máxima no hace ostentación, ni tiene intereses personales que servir.
La compasión máxima hace ostentación, pero no tiene intereses personales que servir:
La moral máxima no sólo hace ostentación, sino que tiene además intereses personales que servir.
El ritual máximo hace ostentación pero no encuentra respuesta; entonces intenta imponerse por la fuerza.
Cuando se pierde el Tao, se recurre a la virtud.
Cuando se pierde la Virtud, se recurre a la compasión.
Cuando se pierde la compasión, se recurre a la moral.
Cuando se pierde la moral, se recurre al ritual.
Ahora bien, el ritual es sólo la apariencia de la fe y de la lealtad; es el principio de toda la confusión y el desorden.
La presciencia es sólo la flor del Tao, y el principio de la necedad.
Por ello, el ser realizado pone su corazón en la sustancia más que en la apariencia; en el fruto más que en la flor.
Sinceramente, prefiere lo que está dentro a lo que está fuera.

43

La más blanda de todas las cosas supera la más rígida de todas ellas
Sólo la Nada penetra en donde no hay espacio.
Por esto conozco las ventajas del No-Hacer.
Pocas cosas bajo el cielo son tan instructivas como las lecciones del Silencio, o tan beneficiosas como los frutos del No-Hacer.

44

¿Qué es más querido: tu nombre o tu cuerpo?
¿Qué es más apreciado: tu cuerpo o tu salud?
¿Qué es más doloroso: la ganancia o la pérdida?
Así pues, un excesivo amor por cualquier cosa te costará más al final.
Acumular demasiados bienes te acarreará cuantiosas pérdidas.
Saber cuándo se tiene suficiente supone estar inmune a la desgracia.
Saber cuándo detenerse supone preservarse de los peligros.
Sólo de esta manera podrás vivir mucho tiempo.

46

Cuando el mundo está en posesión del Tao, los corceles son llevados para fertilizar los campos con sus excrementos.
Cuando el mundo se queda sin Tao, los caballos de guerra se alimentan en los arrabales.
No hay mayor calamidad que no saber cuándo es suficiente.
No hay mayor defecto que la codicia
Sólo quien sabe cuándo es suficiente tendrá siempre bastante.
 
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48

Aprender consiste en acumular conocimiento día a día; la práctica del Tao consiste en reducirlo día a día.
Sigue reduciendo y reduciendo hasta alcanzar el estado de No-Hacer.
No-Hagas, y, sin embargo, nada queda sin hacer.
Para ganar el mundo, se debe renunciar a todo.
Si se tiene todavía intereses personales que servir, nunca se será capaz de ganar el mundo.

49

El Sabio no tiene intereses propios, pero hace suyos los intereses de la gente.
Es bondadoso con los que son bondadosos; también es bondadoso con quienes no lo son:
Pues la Virtud es bondadosa; también confía en los que no merecen confianza:
Pues la Virtud es confiada.
En medio del mundo, el Sabio es tímido y modesto.
En beneficio del mundo, mantiene su corazón en su estado impreciso.
Todo el mundo esfuerza sus ojos y oídos: el Sabio sólo sonríe como un niño divertido.

54

Lo que está bien plantado no puede desenraizarse.
Lo que está bien ceñido no puede soltarse.
Tus descendientes harán ofrendas a los antepasados de generación en generación.
Cultiva la Virtud en tu propia persona y se convertirá en una verdadera parte de ti.
Si la cultivas en la familia, permanecerá.
Si la cultivas en la comunidad, vivirá y crecerá.
Si la cultivas en el estado, florecerá abundantemente.
Si la cultivas en el mundo, se volverá universal.
Por ello, una persona debe ser juzgada como una persona; una familia como familia; una comunidad como comunidad; un estado como estado.
¿Cómo puedo conocer el mundo?
Por lo que se halla en mi interior.

57

Se gobierna un reino mediante leyes ordinarias; se hace una guerra con movimientos extraordinarios; pero se gana el mundo dejándolo estar.
¿Cómo sé que esto es así? ¡Por lo que se halla en mi interior!
Cuantos más tabúes y prohibiciones haya en el mundo, más pobre se hace la gente.
Cuantas más afiladas sean las armas que la gente posee, mayor confusión reina en el país.
Cuanto más lista y astutas sean las gentes, con mayor frecuencia suceden cosas extrañas.
Cuanto más completas se promulguen leyes y decretos, más malhechores y ladrones aparecen.
Por ello, el Sabio dice:
Yo no actúo, y la gente se transforma sola.
Amo la quietud, y la gente se encauza de manera natural
No emprendo ningún negocio, y la gente prospera.
No tengo deseos, y la gente retorna a la Simplicidad.
 
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Practica el No-Hacer. Esfuérzate por el no-esfuerzo. Saborea lo que no tiene sabor. Ensalza lo humilde. Multiplica lo poco. Recompensa la injuria con bondad. Corta el problema en su brote. Siembra lo grande en lo pequeño. Las cosas difíciles del mundo sólo pueden abordarse cuando son fáciles
Las cosas grandes del mundo sólo pueden realizarse prestando atención a sus comienzos pequeños.
Así pues, el Sabio nunca tiene que luchar a brazo partido con grandes cosas, aunque ¡sólo él es capaz de realizarlas!
Quien promete a la ligera no es fiable
Quien piensa que todo es fácil acabará encontrando todo difícil
Por ello, el Sabio, al considerar difícil cada cosa, no encuentra dificultades al final.

64

Lo que está en reposo es fácil de retener.
Lo que no manifiesta augurios es fácil de predecir.
Lo que es frágil se rompe fácilmente.
Lo que es pequeño es fácil de dispersar.
Resuelve los problemas antes de que aparezcan.
Cultiva la paz y el orden antes de que se instalen la confusión y el desorden.
Un árbol del grosor del abrazo de un hombre nace de un minúsculo brote.
Una torre de seis pisos comienza con un montículo de tierra.
Un viaje de mil leguas comienza en donde están tus pies.
Quien actúa en cualquier asunto lo echa a perder.
Quien agarra cualquier cosa la pierde.
El Sabio no actúa en ningún asunto, y, por tanto, nada echa a perder.
No agarra nada, y, por tanto, nada pierde.
Al manejar sus asuntos, la gente suele estropearlos justo al borde de su culminación.
Prestando total atención al principio y con paciencia al final, nada se echa a perder.
Por ello, el Sabio desea carecer de deseos, no codicia los bienes de difícil alcance, aprende a desaprender lo que ha aprendido, e induce a las masas a retornar por donde ya han pasado.
Sólo ayuda a todas las criaturas a encontrar su verdadera naturaleza, pero no osa conducirlas por la punta de la nariz.

72

Cuando la gente ya no teme tu poder es señal de que está llegando un gran poder.
No interfieras a la ligera en sus hogares, ni les impongas pesadas cargas.
Sólo si dejas de abatirlos, dejarán de estar abatidos por tu causa.
Por ello, el Sabio se conoce a sí mismo, pero no se vanagloria; se ama a sí mismo, pero no se alaba.
Prefiere lo que está dentro a lo que está fuera.

78

Nada en el mundo es más blando y débil que el agua; mas ¡no hay nada como el agua para erosionar lo duro y lo fuerte!, pues nada puede reemplazarla.
Que lo débil venza a lo fuerte y lo blando venza a lo duro, es algo que todos conocen pero que nadie practica.
Por ello, el Sabio dice:
Recibir la suciedad de un país es ser el señor de sus templos.
Cargar con las desgracias de un país es ser el príncipe del mundo.
Ciertamente, ¡la Verdad parece su opuesto!

81

Las palabras sinceras no son agradables, las palabras agradables no son sinceras.
Las buenas personas no son discutidoras, las discutidoras no son buenas.
Las personas sabias no son eruditas, las eruditas no son sabias.
El Sabio no toma nada para acaparar, cuanto más vive para los demás, más plena es su vida.
Cuanto más da, más nada en la abundancia.
La Ley del Cielo es beneficiar, no perjudicar.
La Ley del Sabio es cumplir su deber, no luchar contra nadie.
   
fin




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