Existe una cara oculta en el mundo. Es la cara de la armonía, de la familia, de la unión humana... Aunque nos parezca que vivir de otra manera ―muy diferente a la que conocemos en el mal llamado primer mundo― sea algo inaudito, es posible coexistir en el mismo mundo y experimentar existencias muy dispares.
El artista Diego Arroyo nos ilumina el corazón con fabulosas fotografías para conocer una brizna de esa preciosa cara del mundo a la que nunca prestamos atención.
www.arroyodiego.com
Estos pueblos necesitan ayuda para poder acceder con facilidad a lo básico, lo de primera necesidad. Lo que todos nosotros disfrutamos sin ni siquiera plantearnos lo difícil que sería tenerlo sin las infraestructuras necesarias. Sin acceso al agua, al cultivo, al cobijo, al alimento… no sobreviviríamos demasiado tiempo en nuestro preciadísimo primer mundo.
El problema llega cuando además de ayudar a mejorar su calidad de vida queremos cambiar sus costumbres y cultura para que se parezcan a nosotros.
Una pregunta: ¿los ves infelices?
