Aprendiendo a respirar

respirar
 
Lo difícil se hace fácil con la práctica y lo fácil difícil con la desidia
  
M. Àngels Farreny
 

 
El año 1992 marcó un punto de inflexión en la vida personal y profesional de Maria Àngels Farreny. Decidió abandonar su profesión de periodista científica para tomarse un año sabático que invirtió en un viaje a la India. Al poco tiempo de volver, se encontró con un dictamen médico de una fibromialgia que amenazaba con dejarla en silla de ruedas a sus 37 años.
Farreny decidió aplicar algunas de las técnicas aprendidas en su viaje anterior, especialmente la auto-observación de cómo había llegado a ese estado, y los avances fueron tan espectaculares que crearon confusión en el mismo colectivo médico. Esta fue la base sobre la que sustentó su nueva profesión como entrenadora personal de respiración y liderazgo que ha derivado en el proyecto social Natura Espira 3.0: Escuela Europea de Respiración.
Farreny cree que es vital ser más conscientes de lo que queremos, cómo lo queremos y de qué manera lo queremos, y para ello considera vital trabajar tres pilares: respiración, postura corporal y alimentación. La entrenadora admite que la gran lección que aprendió en la India fue “valorar lo que sí que tengo y dejar de quejarme por lo que no tengo”.
Farreny firmó un compromiso consigo misma que ahora recomienda a todo el mundo para lograr vivir en paz y armonía. Un objetivo que pasa, sí o sí, por escuchar a nuestro cuerpo y aumentar nuestra eficiencia.
 
 
 
Mi nombre es M.Angels Farreny y enseño cómo re-educar el ritmo respiratorio, la postura corporal y la consciencia del estar vivo. Mi trabajo es muy simple. Al poner la atención en la respiración desplazamos la atención mental a la corporal. Es un viaje del inconsciente al consciente corporal o sea, del inconsciente al presente, al aquí y ahora, lugar donde residen las autenticas respuestas y desde donde sí podemos actuar e interactuar. Al conseguir relajar el mental: dudas, inseguridades, culpabilidad, no puedo, vergüenza, miedo a perder, etc. etc., podemos “ver” y “percibir” claramente el qué, cómo, cuándo y dónde debemos actuar/interactuar. Pasamos de pre-ocuparnos (mental) a ocuparnos (acción) de aquello que nos angustia o que creíamos no poder resolver.
 
¿Cómo funciona?
 
En síntesis: primero localizas la emoción en tu cuerpo, luego lentamente y conscientemente la respiras; al inhalar oxígeno la emoción se revitaliza y pierde su poder doloroso, el oxígeno es vida. Al exhalar eliminamos las toxinas dañinas. Regular la respiración es algo así como apagar la mente. Si dependes de la mente, del ego, tu estado será como el tiempo: variable, ahora estoy triste, ahora contento…
 
No le damos importancia a vivir. Hacemos muchas cosas de forma inconsciente y vivimos mecánicamente, igual que nuestra manera de respirar. Si respiras mecánicamente, vivirás mecánicamente.
 
Estamos hablando del lenguaje subliminal del cuerpo, y la respiración también tiene un lenguaje subliminal. Cuando una persona está nerviosa y tiene miedo respira de forma acelerada. Ahora piensa en cómo respira una persona que está serena.

Sucede que es en los momentos graves es cuando la gente se empieza a dar cuenta de estas cosas. Los momentos de crisis sirven para volver a lo sencillo y tocar de nuevo de pies al suelo.
Respirar conscientemente es vivir conscientemente. No habría tantos accidentes ni enfermedades, ni cosas raras; iríamos más felices por la vida, ofreciendo sonrisas a desconocidos.

Has de tener conciencia de lo que haces, cómo lo haces i de qué manera lo haces. Se trata de evitar pensar en el pasado o en el futuro, sino en el aquí y el ahora, que es donde suceden las cosas y donde está nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo es el gran olvidado de esta sociedad. Si supiéramos en qué consiste esta maquinaria, que es la que hace que hagamos las cosas y tiremos adelante, tendríamos una calidad de vida muchísimo mejor. Ningún fumador que pudiera ver lo que sucede en sus pulmones cuando inhala humo, continuaría fumando. La destrucción está porque no la vemos. ¿Sabes aquello de ojos que no ven…?
A veces nos resulta más cómodo mirar hacia otro lado; un dato: sólo utilizamos un 10% de nuestra capacidad pulmonar. ¡Un 10%!

Si te fijas en la barriga de un bebé verás que sube y baja, esto quiere decir que hace las inspiraciones completas. A medida que nos vamos haciendo mayores, nos van bombardeando con el “esto no se dice”, “esto no se hace” y “esto no se toca”, y nos vamos conteniendo. Incluso cuando estamos dentro del vientre de nuestra madre, si la madre ha tenido un susto o un mal parto, el bebé también puede resultar afectado. En el fondo, lo que nosotros aprendemos es a cortar la vida, porque respirar quiere decir vivir. En este planeta lo que no respira, no vive. Cuando puedes dilatar y aprender a inspirar lentamente y a expirar lentamente tienes el control de algo que hoy en día vale más que el oro: el tiempo. Sabes cómo gestionar tu tiempo y qué debes priorizar. Con una buena gestión de tú tiempo tendrás una conciencia de la gestión de las cosas, y esto implica estar en contacto con mi instinto. ¿Y quién liga todo esto?
La respiración.

Los problemas no van a desaparecer, pero la manera cómo vas a enfocar el tema será distinta; aquí es donde entre en juego la actitud ante la vida. Se trata de hacer una triple reeducación: respiratoria, corporal y alimentaria. A partir de aquí lo que nosotros proponemos es una nueva profesión, la de entrenador personal de respiración y liderazgo.

Son temas que en Estados Unidos, especialmente en zonas anglosajonas, o en el cono sudamericano no son nuevos. Las universidades ya tocan el tema de la respiración, lo que no se hace tanto es aunar la respiración con la parte más emocional de nuestro cuerpo. Yo no me he inventado nada, lo único que he hecho es coger diferentes materias, aunarlas y hacer una nueva profesión.
 
Las cosas están cambiando de manera muy rápida, el liderazgo al que estamos acostumbrados, que es el del ordeno y mando y tú haces lo que yo quiero porque sino te despido, también está cambiando. La red obliga a que utilicemos nuestra parte más femenina, más suave. ¡Nos obligan a ser felices! Si tengo que trabajar en grupo no puedo estar de mala luna, porque, si es así, se lo voy a contagiar a todos los miembros de ese grupo.

Necesitamos un liderazgo en clave femenina. No hablo como mujer, sino como su parte más sutil, la de la aceptación, su versión más suave. Hablo de ellas y de ellos. Es un liderazgo en el que tienes que consensuar con el otro y ser mucho más asertivo.

Hay mucha gente que acaba comprando un tipo de liderazgo anglosajón que no es el nuestro. Nosotros somos mediterráneos, tenemos tiempo para escuchar a un amigo, perder una hora y media en una comida. Ellos no. Aquí todavía disfrutamos de estas pequeñas cosas, y el liderazgo que tenemos que impulsar como buenos mediterráneos es el del “¿en qué te puedo ayudar?” o “¿qué está pasando?”. Lo mejor es que la otra persona haga lo que tú quieres que haga pero haciéndole creer que es él que ha decidido actuar así. Pero para hacer esto necesitas mucha serenidad, respetar al otro y tener muy claro qué quieres y cómo quieres las cosas. Liderar significa liderar mi propia vida, si no soy capaz de liderarla, ¿cómo puedo liderar a un grupo?
Hace muchos años que no tenemos líderes. A partir de la mitad de la década de los 90, todos aquellos modelos que habíamos seguido como Günter Grass, Jean-Paul Sartre, Albert Camus, entre muchos otros, han ido desapareciendo del mapa ¿Y qué nos ha quedado?
Merchandising. Por eso hemos caído en una crisis, todo es de una voracidad terrible. Fíjate que todo es consumir y consumir, no tenemos tiempo de digerir. Nos hemos desconectado, el cuerpo y la cabeza siguen caminos distintos, y no tenemos conciencia ni del tiempo, ni del proceso, ni de mi propio instinto. Es todo mental, el cuerpo no existe. El mapa emocional de una persona depende ahora mismo de la cantidad de información que ha consumido; a la que no tenga aquello, se va a la deriva, que es lo que pasa en la mayoría de casos.
 
Muchas enfermedades, tanto físicas como psíquicas, están relacionadas con la falta de oxígeno. Otto Warburg, recibió dos premios Nobel en los años 30 por descubrir la relación que hay entre cáncer y oxígeno.
No respirar bien nos puede provocar cáncer. Las células que lo provocan se proliferan perfectamente bien en un organismo mal oxigenado.

Con una buena respiración y una buena postura corporal, porque tienen que ir ambos ligados, puedes prevenirlo prácticamente todo. La mayoría de enfermedades vienen provocadas por una falta de oxígeno, y hay que recordar que el cuerpo humano está formado por un 85% de agua. Si coges agua, la estancas durante tres o cuatro días y no está oxigenada, ¿qué sucede? Se pudre. Respirar quiere decir vivir, lo repetiré las veces que haga falta.
El error más frecuente que cometemos es cortar la respiración. Respirar desde el plexo solar y no hacer una inhalación y una exhalación completas.  Y a nivel corporal hacer ‘sofing’, la comodidad. Vida sedentaria total; eso sí, luego nos quejamos.  Abusamos de los dulces, y además industriales. Pura química. Conclusión final: somos los únicos responsables de todo lo que nos pasa.
Es más fácil ser infeliz que feliz. Ya me he acomodado a la infelicidad, a quejarme, a ser la víctima. Ser feliz requiere cambiar todos los hábitos y esto ya cuesta más. La receta: constancia, perseverancia y un poco de determinación.



 
THANKS TO:


Comparte esta entrada

votar