El mundo color psicópata

psicopatas

"Nada hay que temer de los proletarios. Dejados aparte, continuarán, de generación en generación y de siglo en siglo, trabajando, procreando y muriendo, no sólo sin sentir impulsos de rebelarse, sino sin la facultad de comprender que el mundo podría ser diferente de lo que es"
 
1984 (George Orwell, año 1949)





Millonarios/multimillonarios/adinerados/opulentos… ¡sin conciencia todos ellos!, adoradores del rey dinero, ese gran Dios que les proporciona rica substancia para endulzar sus egos. ¿Cuanto engrosan cada año sus arcas doradas y cuanto son capaces de repartir un 1% de lo que les sobra entre los pobres -condenados a vagar en la miseria corporal y anímica a causa del sangrante sistema que corroe este mundo?

Vivimos en un infierno. Sí, esto es así literalmente; y cualquiera que sea capaz de mirar por encima de la bacanal humana donde los Dioses devoran nuestras almas a sus anchas, llegará a la misma conclusión que yo.
El asunto es que existen ciertas cosas, ciertos temas, a los que no se puede hacer referencia –este es el caso-, a menos que no quieras ser considerado un loco. Pero la realidad habla por si misma, solo con el pequeño ejemplo que os he dicho al inicio de este articulo, seréis capaces de ver de lo que os hablo.

 
* Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
 
infierno
  1. m. rel. Lugar destinado al eterno castigo de los condenados.
  2. Tormento y castigo de los condenados.
  3. mit. Lugar al que iban las almas de los difuntos.
  4. Lugar en donde hay mucho alboroto y discordia.
  5. ¡al infierno con algo o alguien! loc. col. Expresión que indica el enfado o desesperación que provoca algo o alguien.
  6. el quinto infierno Lugar muy lejano o apartado.
  7. ¡idos o vete al infierno! loc. col. Expresión de enfado contra quien o quienes molestan e importunan.
  8. irse algo al infierno loc. col. Fracasar, salir mal.
  9. mandar algo o a alguien al infierno loc. col. Abandonarlo, rechazarlo.


A través del sistema Capitalista y demás pseudo gobiernos del resto del planeta, se reparten el enorme pastel del paraíso entre unos escasos privilegiados. Todos ellos sin tope de ganancia pero muy bien asesorados para hacerle la pirula al estado, pagar los mínimos impuestos y poder así disfrutar de su suculento y descomunal parte sobrante –que dicho sea de paso, nunca alcanzaran a agotar, ni en mil años, ni con mil generaciones de sus descendientes. Pero aun así, quieren más, quieren seguir ganando hasta el infinito y más allá.
Mientras tanto, el resto de congéneres humanos solo pueden hacer una cosa: sobrevivir. Unos cuantos mejor que otros, pero todos viven con el único fin de llegar a final de mes y poder continuar comiendo y sustentando a los suyos.
Los unos –tristemente- quisieran llegar a tener el status y sobre todo el dinero de los “Dioses del paraíso” –volviéndose estos igual de egoístas y desalmados que ellos, una vez alcanzado aquello que desean-, y los otros –los peor parados en esta historia y más obviados del jardín-, apenas con aliento para seguir respirando entre la polvareda del árido camino.


Evidentemente si has tenido la suerte de –por el momento- tener una existencia calmada y feliz, sin ningún pozo en el que caer, te será difícil o imposible ver la realidad del mundo. Porque todos vivimos según nuestras experiencias y lamentablemente o no, nuestra mente se suele quedar en casa junto al ego y pocas veces se le ocurre ir a dar un paseo más allá del cercado mental que se autoimpone o nos imponen…
Si por el contrario te ha tocado vivenciar alguna de las terribles maldades del lugar, por la maquiavélica carambola del destino –que dirían algunos-, o por las desidias del propio sistema, tienes más posibilidades –aunque nunca es garantía- de llegar a vislumbrar la verdadera matrix.
 
Nadav_bagim


Libertad controlada, dominio socio/cultural/mediático, egoísmo exacerbado, sociedades narcotizadas, culto al materialismo, indiferencia hacía todo... SED, HAMBRE, ENFERMEDAD, MUERTE, POBREZA… ¡Es un insulto a la inteligencia de quienes tengan un mínimo de conciencia!

¿Podemos estar viviendo, sin ser conscientes de ello, el inicio de una era de la Psicopatía inculcada?

“Muchos se involucran porque finalmente les tocó ser víctimas directas de las políticas de un Gobierno o de los decretos de una tiranía; hasta entonces a su alrededor habían ocurrido todo tipo de situaciones alienantes que, como no les tocaban de cerca, no les había importado lo suficiente como para alzar la voz de alguna manera.
  
La realidad es que sí vivimos dentro de un sistema opresor en el que existe un grupo de individuos dominantes que tienen un poder sobre la mayoría de las masas. La manera en que detentan este poder es apropiándose del poder de las personas de valerse por sí mismas y a satisfacer sus necesidades más básicas en conjunto y en paz. Corporaciones y Gobiernos, se apropian de las tierras, por ejemplo, se apropian de los recursos y, por lo tanto, generan la necesidad de depender de ellos para poder sobrevivir. Se crea una relación de dependencia y la gente olvida su propia habilidad para hacer las cosas, lo que lleva al sometimiento.
 
Pareciera que estos individuos están más bien guiados por un instinto muy básico de depredación, que los lleva a hacer cualquier cosa con tal de satisfacer sus deseos egoístas, ya sean estos el dinero, el sexo, el poder, el sufrimiento, etc.
Estos individuos son psicópatas. Personas que carecen de conciencia moral y a quienes realmente no les importamos más de lo que un ciervo le importa al leopardo. Sí, les importamos, pero sólo en la medida en que seamos su alimento, es decir, que sigamos alimentando su poder, mediante el cual pueden llegar a obtener lo que desean”
   

 
Nos han acostumbrado a pasar la vida plácidamente siempre dentro del recinto de nuestra “zona de confort” de tal manera que al mínimo que nos encontramos fuera de ella, el miedo aparece en escena.

simplemente resulta demasiado difícil hacer un esfuerzo para cambiar y salir de ese confort, incluso si esto significa el sometimiento y la pérdida de su libertad. Incluso aunque esto signifique el sufrimiento de gran parte de la humanidad, mucha gente parece que prefiere mirar para otro lado, porque enfrentarlo, ver la realidad, es doloroso y ¿Quién quiere sufrir?”
 
Es más fácil dejarse llevar…negar la realidad y creer en el mundo ficticio del “todo va bien”.


Guillermo Rendueles – Psiquiatra, ensayista:
 
¿Qué tipo de enfermedades mentales trata la psiquiatría?
  
En alguna ocasión he manejado la metáfora de que la psiquiatría como Coche Escoba de la medicina social, como práctica de cuidados que recoge todos los malestares que no caben en las categorías científico- naturales de la medicina o los recursos sociales. La medicina ofrece demagógicamente una definición de salud como “un estado de bienestar y realización físico–psíquica” para toda la población .Como es obvio que vivimos en una sociedad llena de sufrimiento y malestar no reparables por tratamientos médicos ni ayudas sociales, cuando un dolor o una queja no tiene un substrato anatómico clínico demostrable o es imposible de encuadrar en las pedagogías sociales se le etiqueta como enfermedad psiquiátrica y se le trata con ansiolíticos y antidepresivos que efectivamente acallan el dolor. Todo ello para no confesar la impotencia del llamado estado del bienestar para ofrecer una vida buena . El niño no educable en la escuela acaba en el psiquiatra . El ama de casa quejica de dolores a los que no se le encuentra causa física el psiquiatra la etiqueta de somatizadora y le da ansiolíticos. El comercial que no duerme y abusa del alcohol de nuevo ansiolíticos. Todo con tal de no cuestionar la escuela, el hogar o el comercio como focos de alienación y mala vida que hay que transformar o destruir.
De ahí que la practica psiquiátrica sea una práctica muy pretenciosa: ofrece mejoras para toda clase de males y desde luego promesas que luego no puede cumplir. Como el Bálsamo de Fierabrás los psiquiatras ofrecen remedios para toda clase de situaciones: dirección del duelo para las catástrofes o la muerte de algún ser querido, enfrentamiento al estrés laboral, dolor de enfermedades reales pero de causa desconocida como la esquizofrenia o los trastornos afectivos. Todo acaba en un totum revolutum llamado psiquiatrización de la vida cotidiana. De ahí que la sala de espera de un psiquiatra sea un lugar singular donde coexisten desde malestares banales secundarios a la vida cotidiana con los sufrimientos más atroces de las psicosis o las grandes depresiones que terminan en el suicidio. Para todos tiene el psiquiatra una palabra como un cura o una pastilla como un médico o una rehabilitación como un masajista.
 
¿Y qué relación, si existiera, observa usted entre la psiquiatría y la psicología?
  
Los dos gremios compiten en ofrecer remedios que psiquiatrizan o psicologizan la vida cotidiana Ambas profesiones se proponen como remedios para todos esos malestares que van del nacimiento a la muerte. La gente ha sido desposeída de sus saberes comunes para criar hijos, para el sexo, para envejecer, para luchar contra la explotación laboral y necesita técnicos que provistos de saberes psi le enseñen a vivir.
 
No conozco a nadie que haya ido al psicólogo y le haya preescrito la lucha solidaria contra sus males sino cuidar de sí en el marco intimista. Nadie que no haya ido y no le hayan dicho que él no puede arreglar el mundo ni tiene culpa de sus desarreglos y que se afane al carpe diem. De hecho leer un manual de autocuidado es una incitación al egoísmo y muchos de los manuales para mujeres una auténtica agresión a sentimientos altruistas: aprender a decir no, no amar demasiado, calcular bien el intercambio afectivo para no salir defraudadas. En fin, una especie de buen inversor no sólo en la bolsa sino en la casa o la cama.
 
No se trata de sustituir una práctica psiquiátrica por una psicológica sino de salirse de ambas redes que limitan los análisis y soluciones populares al egoísmo y al calculo afectivo que hoy domina la ideología popular y que psiquiatras y psicólogos refuerzan como aparatos del estado que son.
     

PhotoBy_TomBridgeman

 
Nos manipulan hasta en el sexo, como señala David J. Ley en Psychology Today: “La mayoría del porno transmite la fantasía de que un sexo estremecedor puede ocurrir sin comunicación”. Como si se pudiera llegar ahí nada más a colocar los genitales en posición, en el trance del cuerpo sin palabras, y experimentar el éxtasis más profundo. El sexo parece ser indisociable de todo un proceso, de una continuidad de comunicación y empatía, de compartir y conocer –y sin estos factores es difícil que entregue su fruto de paraíso prometido.
 
Vivimos dentro de la madriguera del monstruo y no somos conscientes de ello. Pero lo peor del método de control al que nos someten a diario, es que consiguen que creamos en él. El método funciona, lo han estado perfeccionado durante muchos años hasta conseguir el efecto deseado: una perfecta relación AMO-ESCLAVO, donde los reos creen vivir en paz, armonía y libertad, mientras los dueños disfrutan controlando las diversas piezas de su juguete… Y así ¡todos ganan! Los unos por creerse amos de su propio destino y libres para ejercer su albedrío, y los otros por continuar manteniendo su hegemonía.
Es muy peligroso para nosotros vivir en este juego mental, hasta el punto en que nos convertimos en nuestros propios verdugos, en nuestros propios jueces, nos dañamos entre nosotros a cada momento, solo por el hecho de seguir perteneciendo al club, el eterno “follow the leader” –esa absurda necesidad de pertenencia grupal.

Solo nos dejan espacio para tener pataletas con nuestro propio cuerpo o nuestro aspecto o nuestra forma de comportarnos. La revolución ahora está en el culto a lo material, a la belleza establecida por unos prototipos desnaturalizados —a cualquier precio, de cualquier modo—, que hay que obtener como sea con tal de aparentar ser lo que no somos.

Como siempre el cambio únicamente puede venir de nuestro interior, de nuestra comprensión del mundo y toma de conciencia, aunque eso tampoco nos diga mucho a día de hoy, pues forma parte de la conformidad en la que estamos instaurados. La conciencia ha sido secuestrada y tomada por muchos, para publicitar sus productos, disfrazados de ONGs a modo de ayuda humanitaria, de ILPs y peticiones que nunca llegan a nada y de todo tipo de espiritualidades prefabricadas para hacernos sentir mejor con nuestra —precisamente— conciencia. La conciencia vive en nosotros, en nuestro interior, aunque se halla dormida y ni siquiera tenemos la suficiente fuerza como para despertarla…
Con lo que tan solo estamos nosotros con nuestro ego, y a él también lo controlan ¡vaya si lo controlan!
Ya sabéis: educados para ser obedientes y trabajadores, desinhibidos después para que adoremos al sexo, a las drogas y al rock n’ roll, para que un día semi despertemos de la primera cabezadita y veamos la imperiosa necesidad de trabajar –en lo que sea y como sea-, si queremos emanciparnos y subsistir por nuestra cuenta… y como no, soñando SIEMPRE en lo maravilloso que será cuando me haga rico… para –finalmente- acabar nuestras efímeras y malheridas vidas: sin dinero, sin ilusiones cumplidas, casi sin salud, y probablemente en la más dramática soledad –fruto del propio sistema que ignora la empatía, la compasión y sobre todo a la muerte.
Todo ello gracias al sistema terrenal que consentimos, el que está perfectamente elaborado para entretener a nuestra mente, para que no nos cuestionemos nada, para no pensar en nada que no sea la necesidad básica, lo material o el  inalcanzable anhelo que nunca será realidad…
Todas ellas son armas del sistema para desempoderarnos de nuestra autonomía vital como seres humanos, y con ello, crearnos una serie de necesidades ficticias que nos debilitan y nos apartan cada vez más de nuestro origen, de nuestra capacidad para decidir como queremos vivir nuestra existencia.
Cuanto mayor control personalizado sobre cada individuo, mayor control social, es decir, más dóciles nos volvemos y con ello menos problemas daremos a todos los niveles… El plan perfecto para sustentar el tinglado.
Desean mantenernos en el eterno sueño de una vida que en realidad nada tiene que ver con el bienestar y las bonitas y perfectas vidas que nos venden a través de la tele, del cine hollywoodiense o de cualquiera de sus millones de pequeños flashes de propaganda subliminal que literalmente absorbemos cada día.
  
PhotoBy_TafaliMounir

 
El injusto sentido de responsabilidad que nos inculcan con cuestiones de diversa índole, que en la gran mayoría de los casos suelen ser controvertidos y con varias características implícitas como la injusticia social o la manipulación medioambiental, viene a crearnos una sensación de amargura —aumentando a más conciencia se tenga— unida a la sensación de impotencia total ante unos hechos, que en realidad no están en nuestras manos el cambiarlos. Con esto, no quiero decir que en general no podamos ayudar, de algún modo, en cambiar las cosas… Existen miles de acciones que podemos hacer y que no implican el tener dinero o poder para llevarlas a cabo y poner nuestro granito de arena en la evolución hacia una mejora del mundo. Pero en términos generales, la solución a los grandes problemas de este mundo, se halla en manos de quienes ostentan el poder. Son ellos quienes tienen los mecanismos y medios posibles para realizar las acciones necesarias que lleven a remediar los males absurdos e injustos que todavía existen en los países más pobres. Son aquellos que ponen el mundo en manos de guerras sin fin por ganar los ricos recursos de un territorio o —peor aún— por seguir expandiendo doctrinas religiosas que se nutren a base de la sangre de los más inocentes…
Nosotros, los ciudadanos de a pie, no podemos paralizar a las multinacionales que comercian con el sustento de millones de personas, que se enriquecen gracias a que otros se dejan la piel en sus fábricas, no podemos detener a los mercenarios que sirven a intereses occidentales y que matan por ellos a cuantos haga falta. No podemos impedir que se siga propagando el hambre o la sangre por el mundo, como no podemos evitar que 250 niñas sean secuestradas de su hogar para ser vendidas en el mercado negro, por cierto, que la pregunta es: ¿quienes compran a esas niñas y para que fin? Esta claro que esto es algo que se sabe, o al menos deberían conocer aquellos que ostentan el poder, y por tanto, aquellos que pueden actuar verdaderamente. Nosotros por mas que lo denunciemos o protestemos con mil pancartas ante el gobierno de turno, nunca podremos realmente hacer nada a efectos prácticos...
 
El hambre, el cambio climático, la crisis,los disturbios… ¡todo parece resultar culpa nuestra! y a todo debemos poner remedio nosotros. Nos inundan con propaganda de todo tipo para que sintamos ese pesar, esa culpa por todo lo malo que sucede en el planeta, pero la realidad es que ninguno de nosotros —y me refiero de nuevo al pueblo, no a los gobiernos que actúan únicamente por interés— quiere ver más hambre, guerra o crisis en el mundo.
 
¿Porque debemos llevar el peso de esa responsabilidad encima? ¿os lo habéis planteado?
 
    
Joseph Kony es el principal dirigente del grupo guerrillero paramilitar denominado Ejército de Resistencia del Señor (Lord's Resistance Army, LRA), actualmente embarcado en una campaña para establecer un gobierno teocrático en Uganda. El LRA, forzó a aproximadamente a 20.000 niños a unirse a el LRA desde el inicio de la rebelión en 1987, secuestró a más de 40.000 niños y desplazó alrededor de 1,8 millones de personas en Acholi, Lango, Teso y la región Sudoeste del Nilo.
El LRA es acusado de secuestrar niños para usarlos como soldados o esclavos sexuales. Como parte de su iniciación se dice que, a menudo se requiere que estos niños maten a sus propios padres, para no tener hogares a los que regresar. Una vez secuestrados, los niños son usados como mulas, cargando suministros del LRA hasta que están demasiados débiles para caminar o imposibilitados para hacer los trabajos obligados por los comandantes de LRA, en ese momento son asesinados o simplemente se los deja para que mueran. Los niños secuestrados también sirven de blancos y señuelos, siendo enviados a primera línea (desarmados) cuando el Ejército de Uganda se encuentra con el LRA. La acusación afirma que las niñas secuestradas a quienes Kony o sus comandantes superiores encuentran atractivas, se convierten en sus "esposas" en caso de que se nieguen son violadas y posteriormente asesinadas. Según la denuncia a los niños cautivos que causan problemas, les cortan la nariz, orejas y/o labios, luego se los obliga a comer su propia carne.
  
 
  
¿Donde está la ONU, o los grandes ejércitos salvadores de la humanidad? ¿QUIÉN AYUDA A ESTOS PUEBLOS QUE LLEVAN INTERMINABLES AÑOS SUFRIENDO?
 
Cuando me hago más consciente de estas historias para no dormir, el alma se me cae a los pies y cualquier problema —de estos del primer mundo— carece de importancia ante el hecho de que a día de hoy se siga matando por dinero, y mucho menos que en algunos países se continúe pasando hambre o muriendo por motivos mil, que son totalmente absurdos e injustos en una época en la que nos creemos tan evolucionados y humanitarios ¡no existe justificación alguna de ningún gobierno ante estos hechos!

Actualmente más que en LIBERTAD se vive en el extremo ORDEN Y CONTROL parcial —en vísperas de lo absoluto— de la sociedad. Nos venden paz, amor, felicidad, humanidad y albedrío para todos por igual, venden sirviéndose de lo que sea con tal de obtener aquello que quieren, aquello que creen que les hace más fuertes, más poderosos, más intocables…
Sin embargo, nuestra realidad —bien distinta—, es que solo sabemos a qué se le llama libertad, seguridad o democracia, pero el hecho de que se le nombre, por más que se grite, no va a hacer que sea una realidad factible, a menos que se ponga en práctica, como en casi todas las cosas de la vida.
Así pues, esas bonitas, tranquilizantes y esperanzadoras palabras, se usan muy a la ligera a conveniencia de la medida política de turno que interese aplicar —y junto a ella, toda la verborrea que la acompaña—, nunca a conveniencia del pueblo, de querer aplicar lo que sus definiciones dicen sobre ellas. Por tanto, las palabras acaban cayendo en saco roto, huérfanas de identidad o propiedad alguna, sin nombre y sin sentido.
  
 
La civilización moderna está basada en la violencia, la esclavitud y las frases bellas. Pero todas las frases bellas sobre la civilización y el progreso no son más que palabras

G.I. Gurdjieff
  
 
Pero la gran pregunta es ¿Para qué necesitamos a los gobernantes? Reyes, presidentes, alcaldes, informativos mediáticos, celebrities, actores y actrices de la fábrica de sueños inexistentes, modelos de cuerpos hermosos y mentes narcotizadas… + CONTROL. Personas puestas a cargo de nosotros, que sirven fielmente a un poder mayor, a aquellos que solo piensan en términos de ganancias o pérdidas, mentes con sentimientos enlatados –O MÁS BIEN SIN ELLOS- que solo atienden a una cosa: SU EGO. Donde el mundo es su mansión, un juguete al que manejar, al que sacar provecho y seguir ganando la partida. Todo con tal de ganar… Todo lo demás les resultan meros efectos colaterales ¡SOMOS TANTOS EN EL HORMIGUERO!
 
¡Pidamos a gritos la verdadera libertad! LIBERTAD para elegir, para pensar sin que me dicten qué o cómo hacerlo, libertad para sentir que puedo ser quien quiera ser, que puedo hacer aquello que deseo, libertad para que la evolución pueda manifestarse realmente y dibuje de nuevo el mundo.

  
Uno de los rasgos centrales del nuevo espíritu del capitalismo es que no necesita conciencia o ideología dominante para imponer su dictado: con que se consuma y se sometan las poblaciones al régimen de necesidades que la propaganda crea… A los grandes monopolios no le importa el pensamiento de la gente
 
Guillermo Rendueles

  

Solo haciéndonos conscientes de la verdad podremos cambiar nuestra forma de experimentar en el mundo y ello nos dará la libertad real.


SEGUID VOTANDO AL SISTEMA Y… ¡FELICES PRÓXIMOS MIL AÑOS!




"Te animo a que disientas, que indagues, que explores en tu propia mente y abras la puerta donde se halla tu verdadero yo. Solo hablando con él te encontrarás a ti mismo"



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