Yo soy eso

Photo by Max Rive
   
Eso en quien todos los seres residen y que reside en todos los seres, que es el dador de gracia a todos, El Alma Suprema del universo, el ser sin límites —yo soy eso
 
Amritbindu Upanishad




Muchos lo consideran como el único libro de enseñanza espiritual realmente digno de ser estudiado.
  
La interpretación de la verdad por parte de Maharaj, no es diferente de la del Jnana Yoga/Advaita Vedanta. Pero, él tiene una manera suya propia. Las múltiples formas que nos rodean, dice, están constituidas por los cinco elementos. Ellas son transitorias, y están en un estado de flujo perpetuo. También son gobernadas por la ley de la causación. Todo esto se aplica al cuerpo y también a la mente, que son transitorios y que están sujetos al nacimiento y a la muerte. Sabemos que sólo por medio de los sentidos corporales y la mente puede ser conocido el mundo. Como en la teoría de Kant, el mundo es correlativo del sujeto humano que conoce, y, por lo tanto, tiene la estructura fundamental de nuestra manera de conocer. Esto significa que el tiempo, el espacio y la causalidad no son entidades «objetivas» o extrañas, sino categorías mentales en las que todo es moldeado. La existencia y forma de todas las cosas depende de la mente. La cognición es un producto mental. Y el mundo, tal como se ve desde la mente, es un mundo subjetivo y privado, que cambia continuamente en concordancia con la inquietud de la mente misma.
En oposición a la mente inquieta, con sus categorías limitadas —intencionalidad, subjetividad, dualidad etc.— se erige suprema la sensación sin límites de «yo soy».
La única cosa de la que yo puedo estar seguro es de que «yo soy».
La única afirmación verdadera es «yo soy». Todo lo demás es mera inferencia.
 
He aquí que el experimentador real no es la mente, sino mí mismo, la luz en la que todo aparece. El sí mismo es el factor común en la raíz de toda experiencia, la presenciación en la que todo acontece. El campo entero de la consciencia es solo
como una película, o una mota, en «yo soy». Al ser consciente de la consciencia, este «yo soy» se presencia a sí mismo.
Y es indescriptible, debido a que no tiene atributos. Es solo ser mí mismo, y ser mí mismo es todo lo que hay. Todo lo que existe, existe como mi mismo. No hay nada que sea diferente de mí. No hay ninguna dualidad y, por consiguiente, ningún sufrimiento. No hay ningún problema. Es la esfera de amor, en la que todo es perfecto. Lo que acontece, acontece espontáneamente, sin intenciones —como la digestión, o el crecimiento del cabello. Dése cuenta de esto, y sea libre de las limitaciones de la mente.
He aquí el sueño profundo, en el que no hay ninguna noción de ser esto o eso. Sin embargo «yo soy» permanece. Y he aquí el ahora eterno. La memoria parece traer cosas al presente desde el pasado, pero todo lo que acontece, acontece solo en el presente.
Es solo en el ahora atemporal donde los fenómenos se manifiestan. Así pues, el tiempo y la causación no se aplican en realidad. Yo soy antes del mundo, antes del cuerpo y de la mente. Yo soy la esfera en la que ellos aparecen y desaparecen. Yo soy la fuente de todos ellos, el poder universal por el que el mundo con su pasmosa diversidad deviene manifiesto.
 
melanie_M

YO SOY ESO
 
La sensación de «Yo soy»

Es su hecho de experiencia diaria que al despertar el mundo aparece repentinamente. ¿De dónde viene?
Antes de que algo pueda venir a ser debe haber alguien a quien venga.
Toda aparición y desaparición presupone un cambio respecto a un trasfondo sin cambio.
Al despertar la experiencia se desarrolla así: «Yo soy —el cuerpo— en el mundo». Puede parecer que surge en sucesión pero de hecho es todo simultáneo, una única idea de tener un cuerpo en un mundo. ¿Puede haber la sensación de «yo soy» sin ser alguien?
No ve usted que todos sus problemas son problemas de su cuerpo —comida, vestido, cobijo, familia, amigos, nombre, fama, seguridad, supervivencia— todos estos pierden su significado en el momento en que usted se da cuenta de que usted no puede ser un mero cuerpo.
La sensación de ser, de «yo soy» es lo primero que emerge. Pregúntese de dónde viene, o sólo obsérvela con calma. Cuando la mente permanece en el «yo soy» sin moverse, usted entra en un estado que no puede ser verbalizado pero que puede ser experimentado. Todo lo que usted necesita hacer es insistir una y otra vez. Después de todo la sensación de «yo soy» está siempre con usted, sólo que usted le ha adjuntado todo tipo de cosas — cuerpo, sensaciones, pensamientos, ideas, posesiones etc. Todas esas autoidentificaciones son extraviatorias. Debido a ellas usted se toma por lo que usted no es.

Lo que usted puede señalar como «esto» o «eso» no puede ser usted mismo. Ciertamente, usted no puede ser otro «algo». Usted no es nada perceptible o imaginable. Sin embargo, sin usted no puede haber ni percepción ni imaginación.
Usted observa al corazón sentir, a la mente pensar, al cuerpo actuar; el acto mismo de percibir muestra que usted no es lo que usted percibe. ¿Puede haber percepción, experiencia, sin usted? Una experiencia debe «pertenecer». Alguien debe venir y declararla como suya propia. Sin un experimentador la experiencia no es real. Es el experimentador el que imparte realidad a la experiencia. Una experiencia que usted no puede tener, ¿de qué valor es para usted?

La memoria crea la ilusión de la continuidad.
En realidad cada experiencia tiene su propio experimentador y la sensación de identidad se debe al factor común en la raíz de todas las relaciones experimentador-experiencia.
Identidad y continuidad no son lo mismo. De la misma manera que cada flor tiene su propio color, aunque todos los colores son causados por la misma luz, así muchos experimentadores aparecen en la presenciación indivisa e indivisible, cada uno separado en la memoria, idéntico en la esencia. Esta esencia es la raíz, el fundamento, la «posibilidad» atemporal y aespacial de toda experiencia.

La Obsesión con el Cuerpo

Mi vida es una sucesión de acontecimientos, igual que la suya. Sólo, yo estoy desapegado y veo el espectáculo que pasa como un espectáculo que pasa, mientras que usted se apega a las cosas y se mueve con ellas.
Las cosas acontecen sin causa ni razón y, después de todo, ¿qué importa quién es quién? Su elevada opinión de mí es solo su opinión. En cualquier momento usted puede cambiarla. ¿Por qué dar importancia a las opiniones, ni siquiera a las suyas?

Yo veo lo que usted también podría ver, aquí y ahora, si no fuera por el enfoque incorrecto de su atención. Usted no se presta ninguna atención a usted mismo.
Su mente está toda con las cosas, las gentes y las ideas, nunca con usted mismo. Póngase a usted mismo en el foco, devenga consciente de su propia existencia. Vea como funciona usted, observe los motivos y los resultados de sus acciones. Estudie la prisión que ha construido en torno a usted mismo, por inadvertencia. Al saber lo que usted no es, usted llega a conocerse a usted mismo. La vía de vuelta a usted mismo es a través de la negación y del rechazo. Una cosa es cierta: lo real no es imaginario, no es un producto de la mente. La sensación de «yo soy» no es continua, aunque es un indicador útil; muestra dónde buscar, pero no qué buscar. Solo obsérvela.
Una vez que usted está convencido de que usted no puede decir verdaderamente nada sobre usted mismo excepto «yo soy», y de que nada que puede ser señalado, puede ser usted mismo, la necesidad del «yo soy» ha terminado —usted ya no intenta verbalizar lo que usted es. Todo lo que usted necesita es deshacerse de la tendencia a definirse a usted mismo. Todas las definiciones se aplican solo a su cuerpo y a sus expresiones. Una vez que desaparece esta obsesión con el cuerpo, usted revertirá a su estado natural, espontáneamente y sin esfuerzo.

El Presente Vivo

¿Qué considera usted que no va bien en su mente?
Es inquieta, codiciosa de lo agradable y temerosa de lo desagradable.

El río de la vida corre entre las orillas del dolor y del placer. Es solo cuando la mente se niega a correr con la vida y se aferra a las orillas, cuando eso deviene un problema. Por correr con la vida quiero decir aceptación —dejar que venga lo que viene y que se vaya lo que se va. No desee, no tema, observe lo que acontece, cómo y cuando acontece, pues usted no es lo que acontece, usted es a quien ello acontece. Finalmente usted no es ni siquiera el observador. Usted es la potencialidad última de la que la consciencia omniabarcante es la manifestación y expresión.

No hay nada peculiar en el acontecimiento presente que lo haga diferente del pasado y del futuro. Por un momento el pasado fue actual y el futuro lo devendrá también. ¿Qué hace al presente tan diferente? Obviamente, mi presencia. Yo soy real porque yo soy siempre ahora, en el presente, y lo que está conmigo ahora participa en mi realidad. El pasado está en la memoria, el futuro —en la imaginación.
Una cosa enfocada en el ahora está conmigo, pues yo soy siempre presente; es mi propia realidad la que yo imparto al acontecimiento presente.
Nosotros consideramos los recuerdos, solo cuando irrumpen en el presente. Lo olvidado no cuenta hasta que uno lo recuerda —lo cual implica traerlo al ahora.
Desde que usted nació, ¿ha cambiado alguna vez? Las cosas y los pensamientos han estado cambiando todo el tiempo. Pero la sensación de que lo que es ahora es real no ha cambiado nunca, ni siquiera en sueño.

El Mundo Real está Más Allá de la Mente

El universo no está limitado por su contenido, porque sus potencialidades son infinitas; además es una manifestación o expresión de un principio fundamental y totalmente libre.
Con sólo que las gentes supieran que nada puede acontecer a menos que el universo entero lo haga acontecer, lograrían mucho más con menos gasto de energía.

Cuando digo que una cosa es sin causa, quiero decir que puede ser sin una causa particular. Su propia madre no era necesaria para darle a usted nacimiento; usted podría haber nacido de alguna otra mujer. Pero usted no podría haber nacido sin el sol y la tierra. Ni siquiera estos podrían haber causado su nacimiento sin el factor más importante: su propio deseo de nacer. Es su deseo lo que da nacimiento, lo que da nombre y forma. Lo deseable es imaginado y deseado y se manifiesta como algo tangible o concebible. Así se crea el mundo en el que vivimos, nuestro mundo personal.
El mundo real está más allá del alcance de la mente; nosotros lo vemos a través de la red de nuestros deseos, dividido en placer y dolor, justo e injusto, interior y exterior. Para ver el universo como es, usted debe ir más allá de la red. No es difícil hacerlo, pues la red está llena de agujeros.

Mire la red y sus muchas contradicciones. Usted hace y deshace a cada paso.
Usted quiere paz, amor, felicidad y trabaja duramente para crear dolor, odio y guerra. Usted quiere longevidad y se sobrealimenta, usted quiere amistad y explota a los demás. Vea su red como hecha de tales contradicciones y suprímalas —su mismo verlas harán que desaparezcan.

Lo que Nace debe Morir

La consciencia que presencia no es permanente. El conocedor surge y se sumerge con lo conocido.
Eso en lo que tanto el conocedor como lo conocido surgen y se sumergen, es más allá del tiempo. Las palabras permanente o eterno no se aplican.
Un hombre ciego de nacimiento no sabe lo que significa la oscuridad. Similarmente, sólo el conocedor sabe que no sabe. El sueño profundo es meramente un lapso en la memoria. La vida continua.
 
¿Y qué es la muerte?

Es el cambio en el proceso de vida de un cuerpo particular. La integración acaba y comienza la desintegración.
Como el conocedor del cuerpo aparece en el nacimiento, así desaparece en la muerte.
 
¿Y no queda nada?

Queda la vida. La consciencia necesita un vehículo y un instrumento para su manifestación. Cuando la vida produce otro cuerpo, otro conocedor viene al ser.
En la muerte solo muere el cuerpo. La vida no muere, la consciencia no muere, la realidad no muere. Y la vida nunca está tan viva como después de la muerte.
Lo que nació debe morir. Solo lo innacido es sin muerte. Encuentre qué es lo que nunca duerme ni nunca se despierta, y cuyo pálido reflejo es nuestra sensación de «yo».

Lo que es supremamente importante es estar libre de contradicciones: la meta y la vía no deben estar en niveles diferentes; la
vida y la luz no deben pelearse; el comportamiento no debe traicionar a la creencia.
Llámelo honestidad, integridad, entereza; usted no debe retroceder, deshacer, desraizar, abandonar el terreno conquistado. La tenacidad de propósito y la honestidad en la búsqueda le llevarán a usted a su meta.

Todo vendrá a medida que usted avance. Dé usted primero el primer paso.
Todas las bendiciones vienen de dentro. Vuelva adentro. «Yo soy», usted lo sabe.
Sea con ello todo el tiempo que usted pueda permitirse, hasta que usted revierta a ello espontáneamente. No hay ninguna vía más simple ni más fácil.
 
By_Luca_Conviti

 
“El buscador es el que está en busca de sí mismo.
 
Abandone todas las preguntas excepto una: «¿quién soy yo?».
Después de todo, el único hecho del que usted está seguro es que usted es. El «yo soy» es cierto. El «yo soy esto» no. Esfuércese en encontrar lo que usted es en realidad.

Para saber lo que usted es, primero debe investigar y conocer lo que usted no es.

Descubra todo lo que usted no es —el cuerpo, los sentimientos, los pensamientos, el tiempo, el espacio, esto o eso— nada, concreto o abstracto, que usted perciba puede ser usted. El acto mismo de percibir muestra que usted no es lo que usted percibe.
 
Cuanto más claro comprenda que en el nivel de la mente usted solo puede ser descrito en términos negativos, tanto más rápidamente llegará al fin de su búsqueda y se dará cuenta de que usted es el ser sin límites”
  
Sri Nisargadatta Maharaj
 

*Sigue leyendo el libro o descárgalo en: http://es.scribd.comYO-SOY-ESO-Sri-Nisargadatta-Maharaj

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